domingo, 12 de septiembre de 2010

Viaje a zona Zapatista.



Hace dias tuve la oportunidad de recorrer algunas zonas del norte del estado como son Oventic Y Ocosingo ,Chiapas regiones identificadas como cuna del movimiento armado de 1994.
Es indudable la vigencia de el zapatismo y los territorios autónomos en esa extensa geografía del estado y la permanencia en el subcociente colectivo de lo vivido en esos primeros dias de enero de 1994.
En Ocosingo al abordar un taxi urbano el joven conductor narró lo que en su momento fue un infierno a sus 13 años de edad:
" Nos dijeron que algunos indígenas habían tomado el mercado de Ocosingo y se allaban encuartelados en el lugar , algunos con armas y otros con palos. Mi hermano y yo fuimos a curiosear junto con otros habitantes del lugar y en la esquina de la calle del mercado vimos como con gran agilidad soldados del ejercito descendian de vehículos militares y empezaron a disparar al interior del mercado. Afortunadamente en frente del mercado vivia mi tia , que al ver que los tiros eran incesantes no tomo de la camisa y nos introdujo a su casa junto con otros curiosos que estaban por ahí."
Los disparos eran continuos y en todos los sentidos.El miedo del sonido y golpeteo de las ráfagas mayusculo y ensordecedor , pero el pánico se desato cuando al interior de la casa el ejercito tiro una granada que desgarro la pierna derecha de mi tia, el brazo de una indígena que servia en la casa fue descarnada por la explosión quedando como gaznate de pollo sin carne, una niñita que estaba con nosotros murio en la explosión. No habia luz , ni medicina , envolvimos las heridas y tendimos a la muertita en el piso cubriendola con unos sacos vacios de café . Afuera balas y granadas seguían sonando. 3 dias duro el tiroteo , cuando salimos un soldado del ejercito estuvo a punto de matar a mi hermano , lo tenia apuntado y le preguntaba si era zapatista. Despues nos enteramos que salimos gracias a la presión de la prensa nacional y extranjera que pedían el aseguramiento de civiles en la zona de guerra. A mi me toco cargar a la muertita y sacarla del lugar me toco ver a los indigenas acribillados en el interior del mercado..."
Con gran excitación el taxista narraba lo que habia vivido ,como si en la punta de la lengua tuviera ese chorro de experiencias que lo cotidiano ha tratado de ocultar.
La herida esta fresca, las necesidades de esas comunidades prevalecen, el olvido nunca llega , ni tendría por que hacerlo por que a 16 años todo sigue igual o peor.
El mensaje final de este conductor del sitio San Francisco es precisamente ese , que no se olvide lo que ahí paso , para que no vuelva a repetirse.